Vuelven a casa por Navidad
El súper temazo de la Carey, la diadema de reno con cascabeles, la película Love Actually... nunca fallan en estas fiestas
Se encienden las luces de Navidad y ya estoy como una loca cantando All I want for Christmas is you. ¿Qué no sabéis qué canción es? Es un temazo imprescindible de las fiestas navideñas. La canta esa diva llamada Mariah Carey que se embute cada diciembre en un vestido de Mama Noel para recordarnos que tenemos que ver en bucle ese peliculón llamado Love Actually. Un dos por uno maravilloso que me emociona más que escribir la carta a los Reyes Magos o los "regalazos" de los amigos invisibles.
Es lo que tiene ser una contradicción con patas. Despotricas contra el amor romántico pero te encanta una canción con un estribillo de lo más pasteloso:
Haz realidad mi deseo,Y no explico el argumento de la película porque directamente pierdo la poca credibilidad que me queda en estos momentos. Sólo compartiré una de mis escenas preferidas...
todo lo que quiero para Navidad es... a ti.
Tu eres perfect@ para mí y mi desaprovechado corazón te amará... |
Y esta escena es MUY FAVORITA porque las personas a las que amamos son perfectas a nuestros ojos. Bueno, unas más que otras... y, en mi caso, el TOP-1 siempre lo ocupa mi im-PERFECTO sobrino.
Después del momento babeo de la tía-madrina, voy a seguir repasando todo lo que vuelve a mi vida por Navidad.
LA MÚSICA
Además, del All I want..., mi teléfono móvil contiene auténticas joyas como el Last Christmas de mi adorado George Michael, el Happy Xmas (War is Over) de John Lennon, y dos clásicos interpretados por esa otra gran diva de la canción llamada Celine Dion. En casa, la cosa se desmadra y no me corto un pelo con los villancicos de todo la vida. Desde los catalanes Fum, fum, fum i El desembre congelat al Tamborilero. Aquí ya es el momento de entonar un ¡Viva Raphael! y la madre que me parió, que es súper fan de este hombre.
Me lo pronuncian RA-PA-EL |
LOS COMPLEMENTOS
A mí me gusta que llegue la Navidad para tener la excusa de ponerme mi diadema de cuernos de reno con cascabeles. Con ella voy a la cena de Nochebuena pero antes ya me la pongo para la clase especial de zumba. Alterno esta maravillosa diadema con unos gorros de Papa Noel, en el tradicional rojo pero también en el ecológico verde.
Si voy de invitada (que es lo normal), transporto la comida, la bebida o lo que se tercie en una maravillosa bolsa decorada con un abeto a la que SÍ, se le encienden las luces como al jersey del GIF.
Añadir que mis outfits también respiran brilli-brilli navideño hasta dejar sin aliento: vestido de lentejuelas de color rosa, zapatos plateados de purpurina... También tengo unas mallas doradas de lentejuelas. El problema es que como soy muslona o ando en plan vaquero del oeste o se me enganchan todas las lentejuelas. ¡Ser divina no és fácil!
LA DECORACIÓN
Tras el puente del 6 al 9 de diciembre, en mi casa lo encuentras todo baby. No falta la planta de Navidad, el acebo, el centro de mesa, las velas (rojas, plateadas y doradas), las bolas y los adornos diseminados por toda la casa (hasta en el lavabo). Es cierto que pesebre no tengo. Debo tener alguna cuenta pendiente con mi condición católica. Pero tengo un árbol de Navidad que no deja indiferente a nadie. ¿No os lo creéis? Pues sólo escribiré dos palabras: rosa e inflable. ¿Cómo os habéis quedado?
LAS COMILONAS
Se me hace la boca agua pensando en el caldo de Navidad, en los canalones, en los turrones... No, en los turrones la verdad, es que no. No soy de turrones. Los dejo para los que llevan zampando tabletas de Suchard desde que las pusieron a la venta. Tampoco me van ni los polvorones, ni los mantecados, ni los mazapanes. Tengo un trauma por culpa de las cajas que me ha tocado comprar para financiar finales de cursos de escolares de familiares y amigos. Prefiero mil veces que me vendan lotería. (Y que me toqué, ni os digo)
LOS REGALOS
Este año voy a innovar. Así que los regalos que os cagué mi Tió o aparezcan bajo mi árbol (rosa e inflable) tendrán un sello inconfundible: el del Furoshiki, que es el arte japonés de embalar con tela. Para compensar que me gusta más coger un avión que a un tonto un lápiz, voy a minimizar mi huella energética aparcando los papeles decorados y los plásticos de los obsequios que encargo al tronco cagón o a los Reyes Magos.
También voy a seguir con el reciclaje de los obsequios poco acertados que llegan a mis manos. No sé si ya habéis cambiado el tradicional amigo invisible por "el pongo". ¿Lo cualo lo qué? La comida/cena del pongo consiste en quedar con el grupo que sea y en vez de gastarte 5 ó 10 euracos en una chorrada, buscar una chorrada que ya tengas en casa. Es la oportunidad perfecta para colocar la taza de calavera que te regalaron la Navidad pasada o el cenicero de "Alguien que estuvo en Benidorm se acordó de mí".
Y escrito esto, sólo me queda daros un simple pero sincero regalo en forma de deseo:
Feliz Navidad y Mejor Año 2020
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