Regálate una sonrisa
Cuando la realidad nos golpea, la única solución es refugiarnos en las cosas bonitas. ¡Hagamos lo que nos hace felices!
Estos días volveremos a recordar aquel terrible 17 de agosto. Es una fecha que no nos deja indiferentes porque los atentados de Barcelona y Cambrils nos tocaron muy de cerca. Y de una manera colectiva, nos enfrentaron a la fragilidad de la vida... Como lo hacen las enfermedades, las pérdidas inesperadas.
Ante esos golpes, directos o indirectos, a mí me gusta pensar en aquellas personas, situaciones o cosas que me arrancan una sonrisa. ¡Y procurarme una buena dosis de ellas! Aquí va un modesto y personal listado:
MI SOBRINO
Una inocencia que recupero cuando pillo un columpio en el parque.
LOS ABRAZOS
Tienen un efecto absolutamente terapéutico. En momentos duros, los abrazos te aportan el calor humano que necesitas. Y en momentos de euforia, es un multiplicador de la energía.
UN BUEN LIBRO
Dejarse absorber por una historia es mano de santo. La historia puede ser en forma de novela, poesía, película, serie de televisión, música, pintura... Todas las artes están incluidas.
A veces, también te arrancan lágrimas... que, por cierto, son tan terapéuticas como los abrazos.
LAS FRASES INGENIOSAS
Pueden ser graciosas como las que leo en los tuits de La Vecina Rubia o las que escucho de
amig@s, compañer@s de trabajo, por la calle... A veces, no sólo me arrancan una sonrisa. Directamente, me meo toa (la nota ordinaria del post).
También me gustan las frases que me hacen reflexionar. Quien no lee esta cita de Isak Dinesen (la autora de Memorias de África) y esboza una sonrisa: "La cura para todo es agua salada: sudor, lágrimas o el mar". Especialmente, si estás de terapia en la playa.
UNA COPA DE VINO
A ser posible tinto. Estás sola y te sirves una copita mientras preparas la cena o escuchas música apalancada en el sofá. ¡Qué momento más sublime! También en compañía, ya sea durante un ágape (la nota culta del post) o tomando directamente unos drinkings.
Y quien dice una copa de vino, también dice un gintonic, un whisky o un chupito de vodka. ¡En la variedad está el gusto!
LOS SITIOS CUQUIS
No pido que la decoración sea de purpurina pero se agradece pasar parte de tu tiempo en lugares que te hacen sentir a gusto. Así que reivindico "el cuquismo" en bares, restaurantes, hoteles, bibliotecas, tiendas, plazas y jardines... y, por qué no, también en las oficinas. Las start-ups saben mucho de eso y el resto tendrían que tomar nota.
LAS SOBREMESAS
Pueden ser después de desayunar, almorzar, hacer el aperitivo, comer, merendar o cenar. Cuando el tiempo pasa sin darte cuenta es porque la conversación con el resto de comensales merece mucho la pena. Incluso hay veces que alguien se deja caer de manera inesperada para dar su opinión...
LAS LIBRETAS POR ESTRENAR
Soy adicta. Me gustan tanto las páginas en blanco de las libretas monas que las dejo así, sin estrenar, como si fuesen reliquias en las estanterías de casa.
BAILAR
Eso es, directamente, un remedio que se podría calificar de casi milagro. Da igual que más que un baile sea la danza del pato mareao (como mi zumba-style). Lo importante es mover el esqueleto aunque acabes con los huesos desencajados, el fémur dislocado y no sé cuántos males más que canta la gran Alaska.
Y, sobretodo, COMPARTIR...
Porque, sin descuidar el espacio personal, hay momentos y experiencias que en compañía de las personas adecuadas se multiplican hasta el infinito de buenas vibraciones.
Dejadme acabar retomando la idea inicial. Ante la pérdida, una vez me dijeron que "hay personas tan generosas que mueren para que el resto tomemos consciencia de la vida". Y añado otro consejo de otra persona corriente y no por ello menos sabia: "Los yonquis de la vida nos chutamos existencia".
Así que, ante nuestra fragilidad humana, hagamos el ejercicio diario de arrancarnos sonrisas.
Cuánta razón, no hay mejor terapia, me la apunto para tenerla siempre presente, like!!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario!
Eliminar