Hazme un Dirty Dancing
Sueño noche sí, noche también con que aparezca Ryan Gosling y me proponga protagonizar el salto final de este clásico de los ochenta.
¿Quién dijo que Dirty Dancing era una comedia romántica para chicas adolescentes? Muestra sin tapujos el aborto, el sexo porque sí, el babeo ante unos buenos abdominales... En definitiva, ¡una oda a la libertad!
Además, Dirty Dancing es responsable de uno de mis sueños secretos (que ahora mismo deja de serlo): Quiero ser la Baby de Ryan Gosling o de cualquier otro buenorro dispuesto a alzarme por los aires al ritmo del (I've had) The time of my life....
Además, Dirty Dancing es responsable de uno de mis sueños secretos (que ahora mismo deja de serlo): Quiero ser la Baby de Ryan Gosling o de cualquier otro buenorro dispuesto a alzarme por los aires al ritmo del (I've had) The time of my life....
A estas alturas, Dirty Dancing es un clásico y el salto final es un icono de nuestra cultura. Así que no es de extrañar los múltiples homenajes que se le hacen. Como en la película Crazy, Stupid, Love, donde el empotrador Gosling reconocía que con este baile remataba a todos sus ligues de una noche. Y no me extraña, entre la exhibición de abdominales y que, en algún momento, todas (y repito todas) hemos soñado con ser Baby pues lo tenía fácil, fácil.
Más allá del imaginario erótico-festivo del salto final, Dirty Dancing es un alegato feminista. Y no lo digo yo, lo reconoce hasta la mismísima guionista. En plena era Reagan, la tal Eleanor Bergstein convenció a los productores para que mantuvieran una trama sobre el aborto clandestino y sus consecuencias fatales para la salud de la mujer.
Me la metieron doblada, jajaja |
En pleno siglo XXI puede parecer una tontada pero estamos hablando de una película estrenada a finales de los 80 en unos USA bajo el yugo de un presidente-cowboy-moralista. Sin retroceder tanto, ya sabemos que en Estados Unidos enseñas un pezón y se arma una nueva guerra de sucesión (recordemos a Janet Jackson). Y aquí tampoco andamos sobrados de libertad: sólo es necesario revisar las declaraciones sobre el aborto de Pablo Casado.
Así que unos cuantos hurras por Dirty Dancing donde ni el aborto ni el sexo se muestran como reprobables. La protagonista (nuestra adorada Baby) no juzga en ningún momento a Penny (la amiga del prota cachas) por abortar. Simplemente la ayuda.
Baby tampoco se juzga a sí misma cuando le entran "los calores de la muerte" cada vez que ve a Johnny (el prota cachas). Lo soluciona acercándose a él y tirándoselo. Sin intención de happy ending con campanas de boda, sólo de happy moment entre sábanas.
Dirty Dancing también nos llenó de esperanza. No hace falta un físico extraordinario para ligar con el macarra más hot del lugar. Es cuestión de actitud y, después, a disfrutarlo con alegría.
Recordemos que Baby no es precisamente una macizorra, ni baila como si hubiera nacido con un muelle incorporado. Y, qué decir de los ensayos previos al gran salto, a la pobre le cuestan Dios y ayuda. Baby es la niñata que aparece en una fiesta llena de coreografías de magreo y lo hace con una sandía en los brazos. Confieso que estoy yo en su situación y no me dejo ver en lo que queda de verano.
En plan crítica cinematográfica, dejadme destacar que continua siendo una película muy moderna. Es de 1987 y se puede ver y, lo que es mejor, bailar sin sensación de ser una carroza.
Recordemos que Baby no es precisamente una macizorra, ni baila como si hubiera nacido con un muelle incorporado. Y, qué decir de los ensayos previos al gran salto, a la pobre le cuestan Dios y ayuda. Baby es la niñata que aparece en una fiesta llena de coreografías de magreo y lo hace con una sandía en los brazos. Confieso que estoy yo en su situación y no me dejo ver en lo que queda de verano.
En plan crítica cinematográfica, dejadme destacar que continua siendo una película muy moderna. Es de 1987 y se puede ver y, lo que es mejor, bailar sin sensación de ser una carroza.
Y además de ser moderna y feminista, Dirty Dancing es femenina en más de un aspecto. Todo lo que vemos en la pantalla es a través de los ojos de Baby: su despertar sexual, la relación con su padre, que reniegue de su condición de niña pija,... Por eso, no es casualidad que, gracias a ese punto de vista, la película deje como un cerdo al que preñó a Penny y después la acusa de puta.
También es femenina en el concepto más cuqui de la palabra y... nos encanta. ¡Viva el rosa!
En definitiva, que Dirty Dancing nos gusta y mucho. Porque podemos (y queremos) ser muy dirty y nos vuelve locas el dancing. Sin olvidar que el SALTO en inglés es utilizado como sinónimo del orgasmo... ¡Ummmmhhh!
¡No, este salto no! Es este, perdón...
Olé olé , me.encanta, es toda la verdad Lo ke dices aunque nunca nos.paramos a analizarlo como hachaces tu, genial
ResponderEliminarMe encanta que te encante y, cierto, creo que todas cuando la vimos la primera vez no nos dimos cuenta de nada... pero eso sí, nos gustó.
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